lunes, 6 de junio de 2011

Reemplazando algunos alimentos podemos llevar una dieta más saludable

abemos que cambiar la alimentación para muchas personas puede ser todo un reto. Es normal que la gran mayoría de las personas que comienzan a hacer una dieta no logren finalizarla. El seguir dietas por lo tanto, muchas veces puede terminar siendo contraproducente. Esto se debe a que la persona no soporta la tentación de algunos alimentos de los que se ha privado, haciendo que deje sin finalizar la dieta y comience a comer todo lo que no podía en mayores cantidades. Por eso, hoy vamos a darte algunos trucos pequeños para que mejores tu alimentación con pequeños cambios. Todos estos cambios juntos hacen la diferencia.

Por ejemplo, en lugar de utilizar mantequilla en postres horneados, cambiar por puré de frutas, como por ejemplo, el de manzanas. O en el caso de la repostería cambiarla por aceite de oliva o soja, en cantidades moderadas.

Algo similar sucede con los quesos, en lugar de elegir los más calóricos podemos optar por lo que son más sanos, como el parmesano o de cabra. En el caso del queso crema que muchas veces utilizamos al cocinar, podemos sustituirlo por una parte de yogur descremado mezclado en procesadora con 2 partes de queso ricota descremada.

Por otro lado, el chocolate para taza puede cambiarse por una cda de cacao amargo mezclado con 1 cda de ciruelas pasas pisada, cada 30 gr de chocolate.

Por último, en lugar de utilizar huevos enteros podemos podemos cocinar solamente con la clara, y en lugar de aceitunas, alcaparras, ya que tienen un gusto similar y menos cantidad de grasas.

Reducir las calorías no significa necesariamente perder peso

Es normal que cuando nos proponemos bajar de peso lo primero que hagamos sea analizar la cantidad de calorías que consumimos a diario y hacer lo posible por reducirlas. Sin embargo, muchas veces esta no es la solución, ya que, si bien es cierto que debe existir un balance calórico negativo para perder peso, no existe una relación lineal entre las calorías y el adelgazamiento.

Muchas veces inclusive podemos llegar a lograr el efecto contrario, esto se debe a la forma en que reacciona nuestro cuerpo cuando hacemos este tipo de cambios. Si reducimos demasiado las calorías, el mismo se pone en modo “supervivencia”, por tanto disminuye el metabolismo, lo cual, tarde o temprano puede afectar negativamente el adelgazamiento.

Además, el reducir las calorías bruscamente puede hacer que no solamente perdamos peso, sino también masa muscular y sin olvidar también el conocido efecto rebote. Debido a esto es fundamental que a la hora de proponernos esto sigamos una dieta equilibrada y evitemos las dietas milagro.

Debido a esto, el reducir las calorías no necesariamente significa que perderemos peso. Lo aconsejable es consumir no menos de 1200 Kcal diarias en el caso de las mujeres y 1600 Kcal en el de los hombres adultos. Los números no deberían ser menores a esto, ya que, un bajo aporte calórico puede desestabilizar al organismo. Teniendo en cuenta estos puntos podremos cuidar mejor de nuestra salud.

Consejos para controlar la ansiedad por comer

Cuando nos sometemos a una dieta, para que ésta tenga éxito, necesitamos controlar los factores emocionales como la ansiedad y la angustia. Es común que cuando estamos a dieta se despierte una necesidad incontrolable de comer, y corremos a la heladera a consumir todo lo que no deberíamos, para después terminar arrepintiéndonos de no haber podido controlarnos. Te damos consejos para que la ansiedad no te arruine la dieta a ti.

- No esperes a tener mucha hambre para comer
- Antes de cada comida, toma un vaso de agua
- En las colaciones, intenta comer cosas que puedas tomar con las manos, esto te ayudará además a eliminar el estrés.
- Mastica bien cuando comas

Algunos ejemplos de colaciones que puedes comer con las manos: tostadas, bocadillos, molletes, taquitos, baguettes, manzanas, peras, naranjas, ciruelas, uvas, mandarinas, cacahuates, semillas, nueces, galletas integrales, entre otros.

Por otro lado, te recomendamos evitar las:

- Galletas dulces o patatas fritas, opta por la frutas, verduras o comidas bajas en grasa y azúcar cuando tengas deseos de comer algo.

- Intenta no tener a tu alcance comida chatarra,d e esta forma no te verás tentado.

- Elige alimentos que sean ricos en fibra, estos producen saciedad.

- Toma 2 o 3 días diarios.

Por otro lado, resulta muy difícil cambiar los hábitos alimenticios si no se cuenta con apoyo de parte de la familia. Ya que, si el resto de la familia come cosas diferentes y más ricas a lo que comemos nosotros, nos será muy difícil resistir la tentación y controlar el hambre.

Siguiendo estos consejos, de seguro podrás combatir la ansiedad.

Alimentos que generan ansiedad

El estrés, los problemas diarios e inclusive nuestro ritmo de vida nos afectan a niveles mayores de lo creemos. Hoy vamos a hablar sobre una de sus consecuencias más comunes: la ansiedad. Para poder luchar contra esta es importante que entendamos que existen determinados alimentos que la generan, por tanto no nos ayudan en nada y conviene consumirlos con moderación.

Existen alimentos que funcionan como estimulantes, propiciando e incrementando la ansiedad, uno de los más conocidos es la cafeína, la misma se encuentra fácilmente en alimentos como el café, los refrescos o el té. Esta sustancia afecta nuestro organismo estimulando la producción de noradrenalina, la hormona que nos mantiene alerta y vigilantes. Este estado de alerta constante hace que nos sintamos más alterados, propiciando los estados de ansiedad. Además, los excesos de cafeína dificultan la absorción la vitamina B1, que es anti estrés, lo que aumenta aún más la situación de tensión que tendremos al consumirla en exceso.

Otra sustancia que tiene efectos similares es la sal, la misma al ser consumida en exceso aumenta la presión arterial y el rimo sanguíneo, acelerándolo y afectando de este modo a nuestra salud. Además, dependiendo de las cantidades que consumamos puede inhibir la absorción del potasio, un mineral necesario para el correcto funcionamiento nervioso, lo que nos hace más propensos a sentir ansiedad.

Otro gran estimulante es la nicotina, ya que la misma produce vasoconstricción, acelerando el ritmo cardiaco y manteniéndonos más alerta y activos de lo normal. Esto hace que no descansemos de manera adecuada y por tanto, tenemos problemas para combatir el estrés, que viene acompañado de la ansiedad.

Por tanto, si consumimos con moderación los alimentos previamente mencionados podremos combatir la ansiedad y cuidar mejor de nuestra salud. ¿Y tú? ¿Sueles sentirte ansioso?

Trastornos alimenticios

Hasta hace algunos años los trastornos alimentarios más frecuentes que por lo general se diagnosticaban era anorexia y bulimia. Sin embargo, este nuevo siglo nos a recibido con patologías nuevas, algunas un poco curiosas y hasta extravagantes, pero todas con un denominador común, son nocivas para la salud. Hacemos un repaso de cinco de ellas.

Drunkorexia. Este tipo de trastorno incluye a aquellas personas que saben que el alcohol impide el uso de las grasas por parte del organismo, por lo cual limitan su ingesta calórica con el objetivo de poder beber más alcohol . De esta forma, al no poder utilizar esas grasas directamente no las almacenan. Esto constituye un grave error, ya que las calorías del alcohol son vacías, no le sirven de mucho al organismo. Además, no debemos olvidar que nuestro cuerpo también necesita de minerales, vitaminas y nutrientes para funcionar correctamente.

Comedor nocturno. Estas personas no pueden dormir por la noche debido a nerviosismo o ansiedad por lo que se levantan a comer, ya que es lo único que los calma. Sin embargo, con esto solamente agravan el problema de la obesidad y crean más ansiedad.

Ortorexia. Esta es una preocupación excesiva por comer sano. La persona tiene una obsesión por contar las calorías, conocer las cantidades de hidratos y grasas que consume y opta por consumir solo productos orgánicos, no manipulados por el hombre. El problema es que la persona acaba desnutrida, ya que no consume las suficientes calorías y nutrientes que su cuerpo necesita.

Permarexia. Este incluye a aquellas personas que están siempre a dieta, y hacen todas aquellas dietas que famosas hacen que aparecen en revistas. Puede decirse que son adictas a las dietas, por lo general son personas que buscan prestigio y reconocimiento social.

Comedor selectivo. Estas personas restringen los grupos alimenticios que consumen, ya sea por manía o capricho, limitando de esta forma los nutrientes que reciben, lo cual se traduce a problemas muy graves.

Estos son algunos de los trastornos con los que el siglo XXI nos recibió, los mismos son un problema grave que cada vez se cobra más vida. Una vez más resaltamos la importancia de una buena alimentación para mantenernos saludables, evitando todo tipo de excesos.

Señales del comedor nocturno

Hace poco estuvimos hablando sobre el Síndrome del comedor nocturno, aquellas personas que llevadas por la ansiedad o el nerviosismos se levantan por la noche a comer. Este es un problema que si bien puede parecer inofensivo, es grave y puede traer muchas consecuencias

Hoy te mostramos cuáles son algunas de las señales de este síndrome, si las presentas es importante que consultes con un especialista, ya que puede desencadenar muchos otros problemas, como por ejemplo la obesidad. Estas son las señales:

- Por la mañana no sientes hambre, o si tienes apetito comes muy escasamente. Sin embargo, por la tarde si consumes mayor cantidad de alimentos y sientes más hambre.

- Sientes mucho más hambre en la segunda mitad del día, por la tarde, e ingieres en este momento la mayor cantidad de alimentos.

- Antes de acostarte sientes la necesidad de comer algo sí o sí.

- Todas las noches te levantas al menos una vez para comer, ya que si no lo haces no puedes volver a dormir.

- Por lo general te sientes estresado, cansado o deprimido.

Si observas que presentas alguna de estas características debes ponerte alerta y comenzar un registro de los alimentos que consumes a diario, registrando las horas, cantidad y calidad de las comidas. Este registro deberá ser presentado a un especialista que te indicará cómo volver a equilibrar tu dieta, acompañando tu rutina además, por ejercicio o algo que te permita liberar tensiones y de esta forma poder descansar mejor.

Levantarse para comer por la noche

La anorexia y la bulimia son los trastornos alimentarios más conocidos, sin embargo, no son los únicos existentes. Existen muchos otros que no se conocen del todo, pero que son igual de peligrosos. Es importante diagnosticarlos para poder tratarlo, ya que si mantenemos esra conducta esto puede dar origen a nuevas afecciones.

Hoy vamos a hablar sobre una llamada “Síndrome del comedor nocturno”. La misma comenzó a estudiarse cuando se descubrió que ciertos individuos que sufrían de obesidad experimentaban inapetencia a las primeras horas del día. Esta es una patología más frecuente de lo que pensamos, consiste en un impulso incontrolado de recurrir al refrigerador unas horas después de haber cenado. Estas personas durante el día no sienten hambre, pero en la noche sienten el deseo compulsivo de comer algo.

Este tipo de comportamiento hace que el organismo se concentre en digerir los alimentos consumidos, por tanto, se sufre de insomnio, lo que a su vez los impulsa a comer, formándose un círculo vicioso.

Esta patología es difícil de diagnosticar, una de las formas de saber si se sufre de la misma es analizando la distribución de calorías diarias. Si la persona concentra más del 25% de las calorías del día en horas de la noche, y ésto sucede de manera repetitiva, sobre todo, en horas después de la cena, se podría decir que estamos ante un comedor nocturno.

Por otro lado, estas personas también acostumbran saltarse el desayuno y comen muy poco en las mañanas. Además, tienen el reloj biológico alterado, por lo que duermen poco por la noche y experimentan otras conductas compulsivas, así como ansiedad y estrés.

Para evitar que esto nos suceda es importante llevar una dieta sana y equilibrada, sin saltarse comidas o concentrar demasiadas calorías en una. Si seguimos estos consejos podremos evitar este trastorno que tanto afecta nuestro funcionamiento.